viernes, 6 de agosto de 2010

Eduardo Galeano

te quiero tanto Galeano, que me da miedo acabar toda tu bibliografía y quedarme huérfana de tí.

1 comentario:

Lou dijo...

No sólo por pena de exilio pierden sus mares los pueblos marineros.
Un día sí, y otro también, la marea negra, pegajosa y mortal, ataca las aguas y sus orillas. A fines del año 2002, un buque petrolero, partió por la mitad, vomitó su veneno por Galicia y más allá.
Las costas, negras de petróleo, se llenaron de cruces. Los peces muertos y las aves muertas flotaban en la podredumbre de las aguas.
¿El estado? Ciego. ¿El gobierno? Sordo.
Pero los pescadores, barcas ancladas, redes enrolladas, no estaban solos.
Miles y miles de voluntarios enfrentaron, con ellos, la invasión enemiga. Armados de palas y tachos y lo que pudieron encontrar, fueron desnudando trabajosamente, sía tras día, semana tras semana, las renas y las rocas que el petróleo había vestido de luto.
Esa muchas manos, ¿estaban mudas? Ellas no pronunciaban discursos de teatro. Haciendo decían, en gallego; Nnca máis.


Galeano