sábado, 23 de abril de 2011

idiotez o genialidad?

cuento de la gallina idiota( Federico Garcia Lorca)

Había una gallina que era idiota. He dicho idiota. Pero era más idiota todavía. Le picaba un mosquito y salía corriendo. Le picaba una avispa y salía corriendo. Le picaba un murciélago y salía corriendo.

Todas las gallinas temen a las zorras. Pero esta gallina quería ser devorada por ellas. Y es que la gallina era una idiota. No era una gallina. Era una idiota.

En las noches de invierno la luna de las aldeas da grandes bofetadas a las gallinas. Unas bofetadas que se sienten por las calles. Da mucha risa. Los curas no podrán comprender nunca por qué son estas bofetadas, pero Dios sí. Y las gallinas también.

Será menester que sepáis todos que Dios es un gran monte VIVO. Tiene una piel de moscas y encima una piel de avispas y encima una piel de golondrinas y encima una piel de lagartos y encima una piel de lombrices y encima una piel de hombres y encima una piel de leopardos y todo. ¿Veis todo? Pues todo y además una piel de gallinas. Esto era lo que no sabía nuestra amiga.

¡Da risa considerar lo simpáticas que son las gallinas! Todas tienen cresta. Todas tienen culo. Todas ponen huevos. ¿Y qué me vais a decir?

La gallina idiota odiaba los huevos. Le gustaban los gallos, es cierto, como les gusta a las manos derechas de las personas esas picaduras de las zarzas o la iniciación del alfilerazo. Pero ella odiaba su propio huevo. Y sin embargo no hay nada más hermoso que un huevo.

Recién sacado de las espigas, todavía caliente, es la perfección de la boca, el párpado y el lóbulo de la oreja. La mejilla caliente de la que acaba de morir. Es el rostro. ¿No lo entendéis? Yo sí. Lo dicen los cuentos japoneses, y algunas mujeres ignorantes también lo saben.

No quiero defender la belleza enjuta del huevo, pero ya que todo el mundo alaba la pulcritud del espejo y la alegría de los que se revuelcan en la hierba, bien está que yo defienda un huevo contra una gallina idiota.

Lo voy a decir: una gallina amiga de los hombres.

Una noche, la luna estaba repartiendo bofetadas a las gallinas. El mar y los tejados y las carboneras tenían la misma luz. Una luz donde el abejorro hubiera recibido las flechas de todo el mundo. Nadie dormía. Las gallinas no podían más. Tenían las crestas llenas de escarcha y los piojitos tocaban sus campanillitas eléctricas por el hueco de las bofetadas.

Un gallo se decidió al fin.

La gallina idiota se defendía.

El gallo bailó tres veces pero los gallos no saben enhebrar bien las agujas.

Tocaron las campanas de las torres porque tenían que tocar, y los cauces y los corredores y los que juegan al gol se pusieron tres veces morados y tintineantes. Empezó la lucha.

Gallo listo. Gallina idiota. Gallina lista. Gallo idiota. Listos los dos. Los dos idiotas. Gallo listo. Gallina idiota.

Luchaban. Luchaban. Luchaban. Así toda la noche. Y diez. Y veinte. Y un año. Y diez. Y siempre.

1934
Pablo Picasso

5 comentarios:

miguel dijo...

La verdad es que me perdido con el cuento de la gallina ,no se si es que el simbolismo de la gallina es el pueblo que se deja avasallar sin saber bien como protestar o como defenderse y luego se unieron contra el mismo o algo así por el estilo,pero este poema si significa eso es muy enrevesado de entender,ya se sabe que los artistas son muy especiales casi tanto que solo se entienden ellos,y en cuanto al cuadro yo no niego que no sea un gran artista pero difícil de entender a simple vista pero que la importancia de toda las cosas no es la que tienen en realidad sino las que queremos dar nosotros.

Lou dijo...

miguel que dificil diferenciar la genialidad de la estupidez..verdad?

nada de lo que digamos o hagamos se interpretará con la intención con la que lo dijimos/hicimos...para unos seremos geniales para otros idiotas, siempre están los que se atreven a juzgar, ellos parecen que nos ponen la etiqueta..eso ofende a la inteligencia..pero ahí estan los que necesitan etiquetas....

y si ciertamente los artistas nos dejan perplejos, a mi me han dejado Federico Garcia Lorca con este cuento y Picasso con esta pintura...

hay un cuento por ahí de un rey que se dejó embaucar por un embaucador..le dijo que tenía la tela más fantástica para el traje más fantástico, y era invisible...toda la corte vió a aquel rey desprovisto de ropas pero seguian adulandolo...hasta que un niñó, gritó..el rey va desnudo, y entonces todos empezaron a reir..moraleja, nos dejamos llevar por la gente sin opinar sin decidir, por miedo o ignorancia...ayyy Dios!

miguel dijo...

Yo creo que muchas veces la gente no quiere reconocer que no lo entiende pero quiere que dar en ridículo y hacen como el cuento del rey desnudo,que nadie se atrevía a decir al rey que iba desnudo,hasta que un niño que no tenía que quedar bien ,ni nada que perder se atrevió a decírselo .
Por eso aveces sino tienes nada que ganar y algo que perder es mejor no decirla verdad.

Lou dijo...

es verdad miguel, para no quedar en ridiculo vamos de que nos la sabemos todas...y ahí es donde metemos la pata.

hace tiempo perdi esa verguenza y cuando no sé algo o no me gusta, si no ofende, por supuesto, lo digo..a la gente le encanta eso, todos al final somos iguales

miguel dijo...

Es lo mejor por que por lo menos saben que eres clara y que no quieres quedar bien por conseguir algo,sino por que aprecias a la persona y eso es lo que te motiva ser sincera.
Pero cuando queremos engañar a los demás el primer engañado somo nosotros mismos, que no somos capaces de mostrar tal y como somos,por vergüenza o por creernos inferiores a los demás o por que no nos acepten tal y como somos,pero yo pienso que sino les gustamos como somos más vale dejarlo estar, que perder el tiempo con quien no nos aporta nada o incluso nos condiciona nuestra manera de ser y pensar.