escuchame

Llegada la media mañana cuando el sol tocaba el zenit, el anciano campesino después de haber realizado sus tareas, tomaba descanso bajo la encina centenaria que rompía el desolador vacío desértico de la campiña.toda su casi ya centenaria vida había ido día tras día al campo, siempre había cosas  que hacer o eso le decía a sus hijos que no entendían que siendo tan viejo tuviera que seguir yendo  aun a riesgo de sufrir cualquier caída o desvaído, él no concebía su vida de otra forma, no sabia hacer otra cosa...ver a sus congéneres en la plaza del pueblo hablando criticando y esperando a que pasara el tiempo, le parecía patético, formar parte de cada partícula de la naturaleza había sido su existencia, dura, pero  disfrutó cada momento,  lo pensaba, y llegaba  a la conclusión que su vida había merecido la pena vivirla......traginando en sus pensamientos llegó hasta la sombra de la encina, al sentarse y apoyar su cansada y encorvada espalda, oyó una voz que decía,
-eh! tú, con suavidad-el viejo levanto la cabeza intentando ver al dueño de la voz, y al no ver a nadie, pensó...imaginación, volvió a apoyarse y la voz más clara y contundente le dijo
-no oyes??
-quién anda ahí?-dijo el viejo incorporándose, y al no ver a nadie, rodeó la encina..
-es que ni ves
-repito no estoy para bromas, sal!-el hombre se estaba empezando a asustar..
-estoy aquí, solo somos tú y yo
el anciano miro al árbol y le pareció verle ojos, boca y sonrisa, y aun con la vergüenza de parecer ridículo, se dirigió a él;
-eres tú árbol?
-si! soy yo hombre
-los arboles no hablan
-será contigo
-llevo casi noventa años viniendo a esta campiña, y sentándome a tu sombra, cómo no me has hablado nunca??  NO IMAGINABA QUE SABÍAS HABLAR-dijo el anciano
-YO TAMPOCO IMAGINABA QUE  SABÍAS ESCUCHAR-contestó el árbol