martes, 30 de noviembre de 2010

el último vuelo

Probablemente ya fue vivida pero entonces no recordaba nada...podía ser una flor corriente, según quién la mirara, pero ella no se sentía así.
Llegada la noche cuando la luz se hacía invisible, ella dormía, era lo mejor, la compañía de la oscuridad era extraña en sus sonidos en sus olores y colores...bueno, mejor dormir. Aquello se hizo costumbre, la conciencia llegaba con la luz del día, entonces el pensamiento el sentimiento y la emoción se hacían patentes palpables. Iba por días, la vida se hacía más o menos interesante, casi menos que más. Lo que más la emocionaba eran aquellas cosas que estaban desprovistas de costumbre, y precisamente por ello, su espera las hacía deseables y a la vez insoportable...aprendió que la atención y la paciencia era la esencia de las mejores cosas de la vida.
Pero que podía esperar una flor de la vida? siempre que se hacía esa pregunta la frustración la invadía, aprendió a vivir, a vivir el presente. A recoger momentos, a vivirlos y soltarlos, si, a soltarlos, casi tan importante como vivirlos.
Tan viva pero tan anclada, como envidiaba a aquel pajarillo, que se posaba en sus ramas y volaba, tan alto, tan lejos, cada vez que besaba al pajarillo parte de su alma partía con él, solo quería volar agarrada entre aquellas plumas perfectamente alineadas donde el viento entraba de una forma tan perfecta que con un mínimo esfuerzo conseguía levantar tan alto. Por qué a ella no se le permitió volar?..que pregunta , sí, si que volaba...su alma partía con cada vuelo de pájaro, su esencia su contenido partía, su ser su continente se vaciaba...el vacío fue tan intensamente insoportable que el final se adelantó se precipitó se aceleró, tanto deseo hizo su sueño realidad.

3 comentarios:

Lou dijo...

Por qué fuí flor y no pajaro?

Erick Bojorque Pazmiño dijo...

Saludos.

Si no...
dejaríamos de deleitarnos con el aroma de sus palabras.

Atentamente
Erick Bojorque

Lou dijo...

:)

salud Erick